Ardea Purpúrea

Ardea Purpúrea Lounge (Villamanrique de la Condesa)

Hace poco estuve en Ardea Purpúrea Lounge, un sitio espectacular con un entorno envidiable. Situado en Villamanrique de la Condesa (Huelva) y colindante con el Parque Nacional de Doñana se encuentra este hotel rural y restaurante donde a base de buenos ingredientes y una elaborada cocina podemos pasar una velada ó un fin de semana agradable.

Ardea Purpúrea
Ardea Purpúrea

El hotel tiene una decoración rural que me encantó, mezclando la mdera con elementos ornamentales que cuidan en todo momento el entorno. Las habitaciones se encuentran fuera del restaurante y cuentan con una piscina de agua salada integrada perfectamente en el entorno.

Ardea Purpúrea - Piscina de agua salada
Ardea Purpúrea – Piscina de agua salada

Por su perte, el resturante es extremadamente bonito, con una decoración a base de duelas de madera que utilizan a modo de separación en los salones.

Ahora bien, si bonito es el sitio, su comida es para ir varias veces, así como su carta de vinos (un poco subida de precio) que cuenta con botellas de muchas denominaciones de origen.

Como siempre hago comenzamos con un vermut de bodega del Condado de Huelva que, por sugerencia de la camarera, acompañamos con un picadillo de la huerta con camarones.

Seguidamente nos pedimos unos tallarines de calamar de potera con langostinos y ajo negro que, aunque venía con poca cantidad, tenía un sabor potente y bien equilibrado. Esta forma de preparar el calamar en tiras como si fueran tallarines nos pareció muy original a la vez que sabrosa. Acompañamos este plato con una croquetas variadas que también nos resultaron muy caseras y sabrosas.

Seguidamente pedimos uno botella de vino tinto, Barbazul Tinto Roble de Bodegas Huerta de Albalá, para acompañar platos más contundentes. Éste caldo nos sirvió para regar un entrecot de añojo del norte a la brasa que se deshacía en la boca así como el plato estrella, que tenéis que probar si ó si en este sitio, el arroz con pato. Rara es la vez que voy a cualquier restaurante del entorno de Doñana y no termino degustando este potente plato.

Para finalizar el almuerzo y a modo de postre nos decantamos por una tabla de quesos y una tarta.

Llegados a la sobremesa, unos cafés y unas copas en una terraza exterior que tienene con vistas al complejo. Las mesas, distribuidas en el partio crean un ambiente muy agradable que te hará estar alguna que otra hora de charla y el tiempo se te pasará volando.

En resumen, se trata de uno de esos sitios con encanto donde se cuida cada uno de los detalles del servicio y la decoración. Un sitio agradable en un marco incomparable con unos productos locales de calidad y una relación calida/precio que hace que merezca la pena ir mas de una vez. Sin duda repetiremos.

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