Hoy vamos a preparar una riquísimas costillas al horno con mostaza como esas que veis en los restaurantes americanos. La receta es muy sencilla y sólo se complica cuando tenemos que estar pendientes del horno para que no se nos doren en exceso.
Para esta receta podemos comprar un buen costillar en vuestra carnicería de confianza y sin son ibéricas conseguiréis un sabor “mas nuestro”. Es importante que sean carnosas (para esto las ibéricas se prestan peor) ya que al dorarlas al horno se irán consumiendo la carne sobre el hueso. Aún así, el sabor será bastante intenso y los dedos se os impregnarán de la salsa porque eso si, esto es para comerlo con los dedos, nada de cubiertos, y disfrutar de su sabor y textura.
También os comento que hay gente que l pone un poco de miel para endulzar aún más la costilla. A mi perosnalmente no me hace mucha gracia pero en la mayoría de restaurantes donde la he probado suelen cocinarla de esta forma.
Vamos, manos a la obra y a ver como quedan estas sabrosas costillas al horno con mostaza.
Receta
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1 kg. de costillas de cerdo
2 cucharadas soperas de mostaza
Medio limón
Orégano
Perejil fresco
3 dientes de ajo
1 vaso de vino blanco
Aceite de oliva
Sal
Pimienta
Instrucciones
- Lavar las costillas bajo el grifo y ponerlas a secar.
- Pelamos los dientes de ajo y los trituramos en un mortero. Añadimos el perejil, orégano, sal y pimienta.
- Exprimimos el medio limón, añadimos el vino y removemos hasta que quede todo bastante homogéneo.
- Ahora cogemos una brocha de esas de goma ó silicona y vamos pintando las costillas con la mezcla del mortero.
- Con un cuchillo untamos la mostaza sobre las costillas hasta que queden cubiertas.
- Ponemos la bandeja en el frigorítico al menos 2 horas. Mientras más tiempo, más sabor tomará.
- Ponemos el horno a 180º y metemos las costillas ya maceradas al menos una hora para que se vayan dorando. Esz conveniente ir mirando de vez en cuando ya que según vuestro horno seharán mas rápido a menos. Lo importante es que estén bien doraditas, esa es la señal.
Notas
- Podemos añadir a la mezcla con la que untamos las costillas un poco de miel, lo que le dará un sabor más dulce.