Hará como mes y medio abrió sus puertas en Huelva el afamado restaurante Experience by Fuster que, tras una andadura en la Sierra de Huelva creando cocina creativa con productos de la tierra decide dar el salto a la capital, trayendo la experiencia acumulada tras años de buen hacer.
Fuimos seis personas y tengo que deciros que nos gustó bastante. El trato por parte del personal de sala fue excelente y los platos que elegimos en la carta estaban a la altura de nuestras expectativas. La cocina es muy creativa, fundiendo sabores tradicionales con nuevas técnicas que le confieren un sabor diferente, potenciando las virtudes de cada ingrediente.
Comentaros que tienen dos menús degustación temáticos, por si os animais por esta opción, a unos precios asequibles. Nosotros decidimos probar a la carta porque había algunos platos que no entraban en menú y nos apetecía degustarlos. Creo que cualquiera de las dos opciones es buena.
Como ya sabéis me gusta ser rigurosa y tengo que decir que empezamos con una ensalada que no nos gustó mucho ya que la combinación de sabores no era lo esperado de un plato con tan buena presentación. A partir de ahí todo fue in crescendo. Uno de los platos que mas me gustó fue el finísimo y delicioso carpaccio de gambas, un producto delicado y sabroso que suelo pedir en todos los sitios que voy. El risotto acompañado del helado también es un plato que no debéis dejar de probar, su combinación frío-caliente es bastante original. Y como más original, si cabe, tenéis el Ferrero Rocher, una especie de paté con un sabor delicioso.
A continuación llegó un plato de presa ibérica con sus migas serranas, bastante original y que atesoraba los olores y sabores de la Sierra. Si os gusta el pescado, la corvina a baja temperatura con mejillones salteados os dejará mas que satisfechos. Decidimos dejar para el final algo de carne y nos decantamos por el solomillo de ternera.
Por recomendación del camarero pedimos unas croquetas de langostino tigre para comer con cuchara, un plato de sabor potente pero equilibrado y que normalmente no suele haber en cartas de otros restaurantes similares. Nos gustó bastante a los seis comensales.
Y ya para postre pedimos un coulant con helado de Bayleys y un variado de quesos de la Sierra que culminó nuestras buenas expectativas. En definitiva, un sitio más que recomendable y que tenéis que probar al menos una vez estas Navidades.
Después de la comida nos fuimos a un local de copas muy conocido en la capital, Berdigón 14, cuyo local me encanta para culminar las veladas, es un local rústico pero a la vez moderno, mágico y muy agradable. Buen ambiente, con buena música y buenos profesionales…por poner un pero, diría que es un poco carillo el precio de las copas pero por lo demás todo perfecto, merece la pena visitarlo.
Aprovechando que era el día que encendían el alumbrado de Navidad por el centro de la capital, no pudimos resistirnos y fuimos a su encuentro…un año diferente y con muchas ganas después de este pasado año de confinamiento