Este 12 de octubre quisimos buscar un sitio de Huelva de cocina tradicional, de la de siempre, con productos naturales y buena elaboración. En esta línea ya me habían hablado varias veces del Restaurante La Bohemia en Huelva capital, sitio con solera y que ha tenido una vida duradera en estos años, capeando las crisis económicas y la pandemia que tanto daño hizo al sector (por algo será) y que ha evolucionado transformando los sabores de antaño, cuando ha sido necesario, y justificado o dejando platos con toda su esencia, preparándolos como se ha hecho toda la vida, cuando el adorno superfluo ha estado de más dentro de lo gastronómico.
Su cocinero, Diego García, estuvo departiendo con nostros en un descanso de la comida y me pareció una persona súper instruida en las técnicas de cocina y que explica las cosas con una pasión digna de mencionar aparte de ser todo simpatía. La verdad esa que da gusto visitar sitios así.
Para empezar pedimos un vermut de Bodegas Oliveros con un tomate aliñado. El tomate de una calidad tremenda aunque tuvimos que pedir para aliñarlo pues para mi gusto estaba demasiado suave. Por sugerencia del camarero pedimos unas gambitas de cristal fritas en su punto y bien que acertamos.
Tras esta pequeña entrada vimos en la carta Ostras de la Ría Formosa y, como siempre que vamos a Portugal las pedimos, ¿como no íbamos a hacerlo allí? Nos decidimos por 6 unidades y las regamos con un vino blanco del Condado, de Bodegas Sauci. Las ostras estaban super frescas y carnosas. Un deleite para el paladar.
La verdad es que la carta es muy completa y tiene unos precios fantásticos, con platos entre 8 y 12 euros, en muchos de los cuales puedes pedir media ración, lo que te permite jugar un poco más con su amplia variedad de sabores.
Por probar algo diferente nos decantamos por un plato Tiritas de calamar salteadas a la brasa con espaguetis negros en su tinta y mayonesa Wasabi. Estaba bueno, sin mas, pero se nota que el fuerte de Diego es lo tradicional. En paralelo llegó a la mesa un plato de Berdigones a la brasa que estaban exquisitos. Nunca los había comido así y me pareció una forma de prepararlos que potencia aún mas su sabor. Sin duda, un plato simple y original que a todos nos encantó.
Finalmente llegó el momento de la casquería, de la que creo que Diego es uno de los mejores cocineros que conozco en esta especialidad culinaria, en otros tiempos algo denostada pero que hoy en día cuenta con muchos adeptos que buscan restaurantes que ofrezcan en su carta algún plato de esta especialidad. Ya nos advirtieron de la fama de La Bohemia en estos menesteres y bien satisfechos que salimos, con nuestras expectativas más que cubiertas.
Acompañado por una botella de Coto de Hayas Roble, de la denominación de origen Campo de Borja, nos pedimos unos callos con garbanzos y una sesada de cordero al estilo alentejano. La verdad es que es complicado describir estos de platos cuando se deja tan buena materia prima en manos de un profesional como Diego García. Los callos exquisitos y tiernos pero además llevaban morro, careta y algunas cosas más que no supe distinguir. Mira que no soy entusiasta de la casquería pero más bueno estaba aquello, tanto que terminamos apurándolo mojando pan, señal inequóvoca de que esta exquisito. La sesaad por su parte tierna y jugosa aunque los ajos los llevaba en crudo y quizás hubiera potenciado más el sabor del plato de haberlos hecho en sofrito. En todo caso ambos platos espectaculares, posiblemente, lo mejor de todo el almuerzo.
A la hora del postre estábamos tan saciados que solo pedimos café y ya bien entrada la tarde nos despedimos de Diego y de los camareros y fuimos a dar una vuelta por Huelva.
Deciros de la Bohemia que me sorprendió muy gratamente. Me habían hablado muy bien de este sitio y la verdad es que tengo quye recomendarlo para los que paséis por Huelva. Comida tradicional a un precio más que ajustado y hecha con paciencia y cariño. Eso se nota en cada plato.
En éstas acabamos tomando un par de copas en La Cas de los Litri, sitio agradable y bien cuidado donde la tarde dio para charlas y risas. Se trata de una casona en polno centro de Huelva, con un salón enorme y un patio muy bien decorados. La única pega, como suele ocurrir en muchas ocasiones, es que el precio de las copas es excesivo para una ciudad como huelva. Por poneros un ejemplo, un gin tonic, 9 euros. Este tema es para hacérselo mirar por parte de la hostelería.