Hoy vengo a hablaros de uno de los últimos sitios donde he estado, El Restaurante Asador Azafrán, del conocido restaurador sevillano Joaquín Jiménez, también propietario de la Taberna El Azafrán. En este caso, el asador, perteneciente al mismo grupo empresarial, se ubica en “la Pañoleta”, término de Camas justo en la entrada a Sevilla llegando por la Autovía desde Huelva. El más antiguo, conocido como taberna Azafrán está situado en el barrio de Nervión, en un precioso edificio de esquina.
Tanto uno como otro local son excelentes pero hoy os hablaré del asador, donde podremos degustar comidas más contundentes y, sobre todo, exquisitas carnes asadas en horno de leña tales como el cordero y el cochinillo lechal. También está especializado en arroces aunque tengo que decir que en esta ocasión no los probamos pues íbamos buscando la carne tan exquisita que tiene y de la que nos habían hablado en muchas ocasiones.
El local cuenta con unos salones acogedores de estilo sobrio y tradicional. Clásico restaurante sevillano con muebles cómodos donde pasar una agradable velada. El servicio es súper atento y amable. Solo una pequeña pega, no es nada barato aunque la calidad de sus platos lo merece.
Obviamente, en un sitio como éste, no puedes irte sin probar sus exquisitas carnes hechas en su horno de leña pero también cuenta con una amplia carte donde podremos degustar guisos tradicionales como el menudo o platos tan típicos de Andalucía como el rabo de toro, uno de sus platos estrella.
Para empezar pedimos el clásico vermut que vino acompañado con una fuente de chacina ibérica.
A continuación elegimos unas anchoas del Cantábrico cuyo tamaño y sabor nos pareció espectacular. Venían presentadas sobre una base de rebanada de pan ligeramente tostado con tomate y aceite de oliva. Exquisitas.
Seguimos la comida con unas alcachofas que decidimos probar de dos formas diferentes. Una primera más tradicional con langostinos y jamón y la otra cubiertas con una salsa exquisita. La verdad es que la alcachofa natural es un manjar al que pocas veces me resisto.
Con ganas de probar mas cosas decidimos cambiar de tercio y pedimos un tartar de atún que estaba para repetir una y diez veces. El atún rojo era de primera y la mezcla de sabores con la que vino acompañado el plato realzaba y no enmascaraba el potente sabor del pescado.
Para finalizar nos decidimos por sus platos estrella, la carne asada. Empezamos con un cochinillo lechal tierno y crujiente (2 pax, 40€), bien hecho al horno, en su punto justo de asado. Este plato marca la diferencia pues es complicado de encontrar en otro tipo de restaurantes menos especializados. Pero claro, estamos en un auténtico asador. Así que siguiendo esta idea y aunque ya estábamos bastante saciados y satisfechos decidimos pedir el lechazo al estilo de Burgos (2 pax, 45€) que veis en la foto y que comimos entre cuatro personas acompañados de dos botellas de Luís Cañas, uno de los tintos que por su relación calidad/precio más suelo consumir fuera de casa.
El postre, llegados a este punto, decidimos dejarlo para otro día. Volveremos a ello pues la pinta que tenían era espectacular.
En definitiva, se trata de un restaurante para los amantes de la carne al horno, en su punto y con materia prima de primera. Platos no muy elaborados, ni falta que les hace, ya que al seleccionar tan bien lo que te llevan a la mesa el éxito en el paladra está más que asegurado. Sin duda, un sitio para repetir.