¡¡¡Sitio para repetir!!! Así, de esta forma tan rimbombante, comienzo mi publicación ya que todo lo que probamos nos encantó. Llevaba tiempo queriendo ir a la taberna El Rincón de Eu, en el vecino pueblo de Pilas, ya que me habían hablado muy bien de él y tengo que decir que no se equivocaban.
Sinceramente si pasas por la puerta el sitio no te llama la atención. Te encuentras con una pequeñísima fachada de una planta con una puerta poequeña y una ventana, nada que haga presagiar lo bien que se está y lo bien que te atienden por dentro.
El local es coqueto, adornado “a la antigua”, con toques de tarberna antigua de pueblo donde ya sabes que lo que bebeas y comas va a estar bueno. Y así fue.
Como suelo hacer em pedí mi copa de Vermut, acompañada de un plato llamado flor de calabacín relleno, unas anchoas del Cantábrico con pimientos de Tudela exquisitas y unas alcachofas con crema de boletus. En este punto me gustaría hacer un inciso. Me encantan los sitios que usan material de primera y tanto el calabacín como los pimientos y alcachofas os puedo asegurar que no eran de bote y si de la huerta.
También por recomendación de amigos que ya habían estado nos pedimos sus ya afamados garbanzos con bacalao y langostinos. Respecto a esto tengo que comentaros que ni en casa los he comido tan buenos. Sin duda, Estos cuatro platos os los recomiendo encarecidamente si vais por el restaurante. Al manos el potaje de garbanzos no podéis dejar de pedirlo.
Por probar de todo un poco, dada la acalidad de los tres primeros platos, nos decantamos por pedir unos langostinos de trasmallo que estaban fresquísimos, unos chipirones a la plancha con la presentación tan estupenda que podéis ver en la foto y con un sabor no menos fabuloso y una ensalada variada elaborada con productos de primerísima calidad donde el tomate no desmerecía a las alcachofas ni a la lechuga. Todo bueno, bueno pero de verdad.
A continuación por recomendación del dueño, todo amabilidad y simpatía, decidimos pasar a la carne. Nos pedimos una Picanha de Angus, esa carne que ahora está tan de moda y que tiene un sabor y una textura exquisitos y una chuleta ibérica como hacía tiempo que no probaba. Todo calidad y sabor.
Como colfón final llegaron los postres aunque ya andábamos bastante llenos. Nos pedimos un pionono de Santa Fé y una lecha frita, ambos caseros y con un sabor espectacular.
Hasta aquí dió de sí nuestro almuerzo en el que nos quedamos con ganas de pedir mcuhas cosas de la carta. Como resumen os diré que este es un restaurante d elos de toda al vida, con buenos guisos y con platos elaborados con materia prima de primerísima calidad. No es un sitio barato, ya os lo aviso, pero bien es cierto es que con la calidad del género que trabajan es difícil serlo. Eso si, os puedo asegurar que en funcion de los que pidáis siempre estaréis pagando lo que vale. Ya me contaréis si tenéis a bien visitarlo.